“Nunca se debe hacer nada que exponga nuestro secreto. Esto significa que no podemos formar vínculos con los humanos. Puedes hablar con nosotros, vivir en comunión con el océano, pero eres moral para los humanos. En esencia, eres un arma. Una preciosa arma. No te voy a mentir, puede ser una existencia solitaria pero una vez que termine, se llega a vivir. Todo lo que tienes que dar por ahora es obediencia y tiempo…” El mismo discurso se ha dado cientos de veces a cientos de preciosas chicas que entran en la hermandad de las sirenas. Kahlen ha vivido por estas reglas desde hace años, esperando pacientemente por la vida que puede llamar suya. Pero cuando Akinli, un humano, entra en su mundo, ella no se atreve a vivir por las reglas nunca más. De repente, la vida que ella ha estado esperando no parece casi tan importante como la que está viviendo ahora.
No posts yet
Kick off the convo with a theory, question, musing, or update
Your rating:
Ha estado muy bien leer un libro en el que la sirena es esa criatura que hemos conocido en mitos, un ser que cantaba para atraer a los barcos a su fin. Ha habido demasiadas coincidencias en sus encuentros con el chico, pero oye, no me quejo. Aunque por alguna razón no me ha pasado como en otros libros en los que me he enamorado del protagonista y deseo ser yo la chica que esté con él.
Creo que hubiera estado bien un final en el que por la misma enfermedad ella recuerda todo, sus hermanas, Oceanía, lo que hizo como sirena, lo que hizo con él,... Con ese final siento que se me queda algo pendiente, no se.