Si bien la trama de "El nombre de la rosa" resulta intrigante y el final bien elaborado, la lectura en sí me resultó tediosa. La densidad del texto, sumado a las frases en latín sin traducción inmediata (obligándome a consultar el apéndice constantemente) dificultaron la fluidez de la lectura.
Además, considero que se incluyeron detalles innecesarios que alargaban la historia sin aportar valor. Hubo capítulos enteros donde la trama avanzaba muy poco, lo que me generaba frustración como lectora.
Sin embargo, debo destacar algunos aspectos positivos. La discusión sobre la posesión de bienes materiales por parte de Jesús, entre los frailes que apoyaban a Juan y los defensores del emperador, me pareció muy interesante.
También disfruté de la relación entre Guillermo y Adso, y del misterio en sí, que estaba muy bien diseñado. El desenlace es coherente y me pareció una resolución justa para los seis asesinatos, motivados por el deseo de un monje de ocultar que <spoiler>la abadía poseía la única copia de un libro de Aristóteles que probaba que Jesús había reído. </spoiler>
El título del libro cobra sentido con el último texto en latín, lo que me pareció un detalle ingenioso.
En definitiva, "El nombre de la rosa" no se encuentra entre mis lecturas favoritas, ya que su ritmo lento y la abundancia de detalles hicieron que me costara casi un mes terminarla. No obstante, reconozco la calidad de la trama y el ingenio del autor.