Tenía ganas de leer a esta autora pero este libro, aunque no está mal, no me ha conquistado. Es un libro bien escrito, con una escritura y un lenguaje cuidados, y un punto de partida de lo más interesante pero la escritora me parece que se acaba perdiendo de su propia historia y al final no sabe cómo rematarla.
Christian es un duque que es apresado y torturado por los franceses (estamos en la época de Napoleón y soldados británicos traumatizados por cualquier batalla que les tocara librar por estos lares) el cual, cuando es liberado, solo tiene en mente vengarse. En su camino se cruza una condesa viuda, Gilly, que vela por la salud de la hija de Christian y que al final acaba viviendo con ellos en su casoplón. Tanto Christian como Gilly están traumaditos y el amor que surge entre ellos (primero el palotismo, claro) les ayuda a sanar. Y en estas cosas casi nos olvidamos de la venganza de Christian y de unos intentos de asesinato que aparecen como de la nada. Obviamente, al final hay que resolver todo pero, chica, de qué modo más rápido, soso y anticlimático lo hace.
Ya os digo que no es que sea una mala lectura pero me costaba pillar el ritmo y tenía más ganas de estar con otra lectura que con esta. Vamos, que ni reseña en el blog le voy a hacer porque ya está llenito el blog de mñeísmos.
Veré quién es el maromo del siguiente para ver si sigo la serie o no.