Fitzek lo ha hecho de nuevo. No sé cómo logra este autor crear estas historias, pero de verdad que son una maravilla. El libro empieza de una forma perturbadora para el protagonista, en el que un día toda su vida cambia, por lo que comienza a buscar respuestas de este cambio, y, omaigash, los sin sentido que encuentra. Como desde el principio nada tiene razón de ser, ya te engancha para querer seguir leyendo, de seguir averiguando más cosas, hacer teorías, y poder llegar al final para ver si algo de lo que pensaste era cierto.

Así que si eres una persona que se desespera con facilidad, estos libros de thriller psicológico no son lo tuyo, porque nunca nada va a tener sentido hasta llegar al final. Que es lo que me gusta de estos libros, estar pérdida completamente (aunque eso no tenga lógica). El poder sacar hipótesis, viendo qué deducción se puede sacar a este juego mental que hacen contigo, es lo que me llama. Por lo que puede ser frustrante pero a la vez emocionante.

Además, el libro se ayuda solo. El protagonista está en constante movimiento, averiguando cosas, intentando también darle lógica a lo que encuentra, entonces no es un libro con el que te vayas a aburrir, ya que no se estanca ni llega a un punto muerto. Lo que va a hacer este libro es poner a tu mente a trabajar todo el tiempo. No lo dudes. Sobretodo que es imposible llegar a imaginar el rumbo que va a tomar, por lo que predecible no es una de sus características.

Y, obviamente, el final no es nada de lo que pensaste. Como con Terapia, te van a ir dando una explicación a una parte de la historia, en el que todo va tomando su rumbo, pero siempre está el último capítulo que cierra todo y te deja con la boca abierta. En el que todo ya tiene sentido. Y, Dios mío, wow.