Todos los libros de Rainbow Rowell me habían fascinado hasta ahora. Creo que a los demás les he dado 5 estrellas, pero éste... mmmm... No lo odié, de hecho, la lectura me resultó amena y fácil de seguir, aunque la mayor razón de que siguiera leyendo fue porque quería saber qué rayos estaba pasando del lado de Neal.

Y hablando de él, no supe si amarlo u odiarlo. Creo que ninguno. Tenía sus momentos en los que simpatizaba con él, pero en otros me desesperaba. O sea, se enoja con su esposa y le deja de hablar cuando él también es parte del problema por no saber comunicarse con ella. Además, él deja que todo recaiga en Georgie, es decir, si ella no es la que da el primer paso entonces él no hace nada. Lo cual es muy evidente cuando Georgie está tratando de comunicarse con él todo el tiempo y el otro parece que ni se acuerda que esposa tiene.

Con Georgie sentí lo mismo. Me puse de su lado en casi todo momento. Sin embargo, la forma en que dramatizó toda la situación al grado de ni siquiera irse a parar a su casa por unos calzones limpios hizo que pusiera los ojos en blanco. Tal vez le hubiera ido mejor con Seth jaja.

En general, la historia estuvo bien en un sentido seco, aunque creo que un detonador más fuerte hubiera justificado aquellas reacciones tan dramáticas. Las conversaciones entre Georgie y el Neal del pasado me parecieron tiernas y la historia de cómo se fue dando la relación entre ellos también. Tal vez esta novela habría sido más completa si Rowell nos hubiera mostrado el punto de vista de Neal.

Otro factor que contribuyó de manera negativa fue la traducción. A veces era muy mexicana pero otras había expresiones o palabras que me resultaban ajenas. Además de muchos errores de dedo. ¿Me habría gustado más el libro si lo hubiera leído en inglés? No tengo ganas de averiguarlo.