When you dance with the devil, you hold hands with temptation... Christian Montcalm was a practical man, if a destitute scoundrel, but his plan to bed and wed the delectable Miss Hetty Chipple would take care of that sticky wicket. However, there was a most intriguing obstacle to his success. Annelise Kempton desired nothing more than to come between this despicable rogue and the fortune (and virtue) of her young charge. Certainly, Annelise understood the desperation that comes from hard times, but Montcalm would fail—she would personally see to it. All that stands in her way is a man whose rakish charm could tempt a saint to sin, or consign a confirmed spinster to sleepless nights of longing...to give the devil his due.
Publication Year: 2004
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Entre 3-3'5 estrellitas anda la cosa.
La verdad es que, aunque la nota haga parecer lo contrario, he disfrutado bastante leyendo este libro. Lo que pasa es que las partes que me han gustado mucho no han tenido tanto peso como para compensar las que no me han tenido croqueteando precisamente.
Definitivamente los protagonistas y su modo de relacionarse son los mejor del libro. Soy fan total de la protagonista, una solterona (¡con 29 años, válgame Dior!) que tiene una lengua que ni un mozo de cuadras y que tiene los ovarios cuadrados. Adoro ese tipo de heroínas que no son damiselas en apuros y que aguantan un combate verbal mejor que cualquier deslenguado sinvergüenza (puede que no se acerque ni de coña a la realidad de las mujeres en la época pero cuando leo una novela romántica me paso la exactitud histórica por el forro del **** si con ello disfruto mucho más de la lectura). Obviamente, siendo el protagonista un sinvergüenza (pero muy sinvergüenza) melofó me tenía que gustar irremediablemente. Así, los momentos entre ellos son espectaculares, unos combates dialécticos de lo más estupendos. Y no hablemos de la secuencia (sí, hablo en singular) amorosa... ¡Calores supremos! ¿Cuál ha sido el problema? Pues que fuera de esos momentos y de la relación entre los protagonistas el resto de lo que cuenta el libro no me interesaba nada, ni la petarda de Hetty, ni las malvadas intenciones de su padre, na-da. Y claro, esto va adquiriendo más peso en la trama hasta culminar en una parte final loquísima y muy mal ejecutada para mi gusto. Me queda la misma sensación que con Tras la máscara, que Anne Stuart es fantástica a la hora de plantear situaciones y crearnos expectativas para luego no saber desarrollarlas y culminarlas bien.
De todos modos ha sido una lectura entretenida y he pasado un buen rato leyéndola.