Un asesino en serie mata a decenas de personas, y nunca pueden encontrar sus cuerpos, la razón de que lo haga, y su cómplice. Jurek Walter ha estado encerrado en un psiquiátrico por trece años y Joona Lina siempre ha creído que tiene un cómplice, confirmado por el escape de Mikael Kohler-Frost. Llegan preguntas como: ¿En dónde ha estado todos estos años? ¿Quién lo ha mantenido cautivo? ¿Cómo se ha logrado escapar justo ahora cuando ninguna otra víctima ha podido antes? Este escape reaviva las esperanzas que tenía Lina de poder encontrar al cómplice al fin, pero será igual de difícil que antes.

Les toca infiltrar a Saga Bauer, la mejor agente, para ver si logra sacarle información a Walter, pero que este libro no te engañe, que muestra mucho más. Yo pensaba que nos iba a mostrar solo eso, cómo Saga lograba ganarse la confianza de un asesino para que se abriera con ella y le contara sobre su cómplice y las víctimas, pero no. Eso es apenas una pequeña parte de todo este libro.

También nos muestra flashbacks para contarnos cómo nuestros personajes llegaron a donde están. Cómo nadie le creía a Joona sobre el asesino en serie, la forma con la que al fin pudo atraparlo, para volver a la desconfianza de que no tenia compañero. Además, es un libro contado en diferentes puntos de vista, lo que hace que el libro se desarrolle de forma mucho más lenta. De pronto por esa razón no leía demasiado, a pesar de tenerme atrapada, porque la historia avanzaba lento, y sentía que no llegaba a ningún lado a pesar de que sí.

Pero esto no lo hace completamente malo, ya que ayudaba a crear buenas escenas. Te podía describir un lugar para poder ubicarte, y describir esos eventos que van creando sensaciones en el personaje. Este es un libro que se vería perfecto como película de suspenso. Narra todos esos pequeños momentos que ayudan a crear tensión en el ambiente de modo que también lo sientas tú. Tienes este mismo sentimiento cuando ves una película en el que te ponen la música de suspenso, el lento acercamiento y que sabes que en cualquier momento el malo te va saltar en la pantalla. Justo esto es lo que me tenía atrapada.

Por otro lado, los personajes. Tenemos una gran variedad de ellos, y Lars logra ponernos en la piel de cada uno, y sentir los demonios que les perseguían. Como al padre de Mikael, y la desolación que sintió al perder a sus hijos, intentando combatir con ello para no quitarse la vida ya que no le quedaba nadie más con quién compartirla. O al mismo Joona Lina, intentando aferrarse a cualquier pista que pueda salir a la luz.

Pero el personaje que no me terminó de convencer, a pesar de ser la razón de que leyera este libro, es Jurek Walter, que durante la historia siempre lo ponen como el más malote de todos. Que los doctores siempre tenían que ir acompañados, con tapones en los oídos para no escucharlo, pero no terminó siendo así de asombroso. El tipo solo era inteligente y eso lo ayudaba a saber manipular. Pero es que estaba rodeado de puros idiotas.

Ya para el final, cuando se va destapando todo, es el momento en el que un libro de suspenso no te suelta, éste no se queda atrás. Todo se va saliendo de control a medida que sabes un poco más de la verdad, terminando con un final algo abierto que te dejará pensando.

En resumen, El hombre de arena es una historia para disfrutar. Si no tienes problemas en leer una historia que se desarrolla lentamente, este es tu libro. Las escenas de acción están reservadas para el final, por lo que durante la mayoría del libro vas a estar es conociendo poco a poco a los personajes, viendo hasta qué punto puede llegar cada uno.