Curiosamente, mi queja principal de este libro son las escenas eróticas, que por lo general no suelen molestarme. Creo que el motivo de dicha queja es que todas las escenas eróticas que se narraron aquí (a menos que me haya olvidado de algunas) son producto de infidelidad. Y hay pocas cosas en este mundo que yo deteste y me asqueen más que una persona infiel, llega al punto que me cuesta trabajo asimilar que una persona infiel tenga cualidades positivas.

Además de eso, es prudente mencionar que en este libro hay mención a pedofilia (obviamente en el libro no tratan de excusarla porque sino este puntaje sería muy diferente), por si quieren tomarlo en cuenta antes de leerlo.

Una vez dicho esto, a pesar de que me tardé mucho en leer este libro (lo cierto es que había algunas partes lentas que me provocaron no retomar el libro hasta ahora), es uno de los mejores thrillers que he leído. Siento que, para mi gusto, como lector terminas descubriendo quién es el asesino muy temprano, pero a pesar de ello, la autora logra darle un giro impresionante a la trama que no te ves venir aún cuando conoces la identidad del asesino.

Creo que lo que más me gusta de las novelas policíacas, es que no tienes una división entre buenos y malos, todos son humanos con sus defectos y sus aciertos, y puedes entender la historia de todos y cómo es que terminaron haciendo lo que hacen.

Ya quiero leer el resto de esta tetralogía para ver qué más nos trae el inspector Unai, y espero que su amistad con Estíbaliz vuelva a estar fuerte en el segundo libro.