3'5 estrellitas
Para leer este libro aconsejo desconectar el cerebro y dedicarte únicamente a leer y a disfrutar de un nadismo contemporáneo destinado a echarte unas buenas risas con su mezcla de La bella y la bestia y My fair lady.
Reconozco que Jennifer Probst es experta en la parte humorística, con unas situaciones vergüenzajenescas que son desternillantes. En el inicio de este libro esas situaciones son brillantes, al mono con platillos que vive en mi cerebro cuando leo estos libros le ha encantado. Lo que para mí baja el nivel es que cuando la relación entre ellos pasa a los roces guarreriles se estanca. Qué queréis que os diga, ya sé que las cabezonerías y la negación de sentimientos están a la orden del día en la romántica pero a mí es algo que me lo tienes que escribir muy bien o me acaba cansando, que es justo lo que me ha pasado en este libro, que he acabado cansada de la actitud de Kennedy.
Nate es un personaje extraño pero que me ha hecho muchísima gracia, un torpe sin filtro que a la hora de la verdad mete la directa para conseguir a la mujer que quiere. Esa actitud a veces me ha parecido algo forzada ya que a mí me gusta un poco más de tonteo a la hora de darse el beso/refrote/lo que sea pero vamos, que son cosas personales.
Las cositas que se ven entre Gen y Wolfe me tienen en un "ay" y tengo muchíííísimas ganas de leer su libro.
En fin, que es un libro divertido que se lee sin ningún esfuerzo pero que en un determinado momento para mí se estanca, lo que me ha hecho bajarle la puntuación.